Jonny Hickey, un niño autista de los Estados Unidos, tenía algunas dificultades para interactuar, tanto con los dos perros de su familia como con personas diferentes a sus padres o su hermano. Así que para ellos, resultaba incómodo tener contacto con otras personas.
Pero todo cambio en 2012, cuando la familia Hickey decidió llevar a su casa, para una visita de prueba, a Xena, una cachorrita maltratada que estaba en busca de un hogar. Sorprendentemente hubo interacción inmediata entre Jonny y Xena, formándose un lazo muy fuerte como si se conocieran desde siempre. Esta pitbull resultó ser la mejor terapia para Jonny, generando un cambio notorio e inmediato en su conducta. El niño por fin se sentía cómodo estando con otros. Lo que antes parecía imposible, ahora se hacía realidad para los Hickey.
La historia de Xena y Jonny es el mejor ejemplo de que los animales representan más que una mascota o entretenimiento, convirtiéndose en compañeros, amigos y en este caso especial, en terapeutas, debido a la inteligencia del perro y el cariño incondicional hacia sus amos.
En los últimos años se ha generado un poco de conciencia por el cuidado de los animales y lo que representan para los seres humanos, pero lo cierto es que estamos muy lejos darles un trato digno que valore las capacidades que tienen y el amor que entregan a sus dueños, en el caso de los animales domésticos. Es el momento de dar estos seres tan especiales el valor que se merecen y que en ocasiones no nos damos cuenta de que tienen, como el ser útiles a personas con necesidades especiales o ser la mejor cura para un momento de tristeza.
Esta perrita nos demuestra que los animales dan lo mejor que tienen por quienes quieren y con ello contribuyen a un cambio en la vida las personas. ¿Por qué nosotros los humanos no podemos hacer lo mismo por los ellos?